188 páginas
19 x 22 cm
100 fotografías impresas en
bitono
Durante los últimos ciento veinticinco años nos hemos dedicado, de manera febril, a celebrar nuestra existencia y a certificarla mediante la producción masiva de testimonios más o menos banales. Este es, por una parte, el inventario de un conjunto de fotografías aparentemente escogidas al azar, como si alguien hubiera metido las manos en la ingente hojarasca visual que hemos ido acumulando a lo largo de todo ese tiempo y hubiera extraído un centenar de imágenes anónimas. Pero es también un balance vital, un inventario de reflexiones —impregnadas de un humor ácido y un inequívoco pesimismo— que tal vez se están quedando ya sin referencias, además de una firme reivindicación de los lazos indisolubles que existen, o debieran existir, entre la imagen y la palabra, sin los cuales, en opinión del autor, es difícil que exista cualquier tipo de pensamiento crítico mínimamente eficaz.
Joan Dolç nació en 1956 en Alboraia, población de carácter marcadamente agrario que él siempre ha considerado excesivamente cercana a la ciudad de Valencia. Durante los años 80 y 90 practicó la literatura de ficción y publicó varias novelas en diversas editoriales de Barcelona y Valencia. Después, su actividad literaria fue derivando hacia el ensayo breve y el periodismo de opinión, al tiempo que su actividad principal se orientaba hacia la producción y dirección de documentales para el cine, la televisión y, sobre todo, los circuitos culturales (museos, centros de cultura y salas de exposición). Mientras tanto, siguió colaborando esporádicamente en libros colectivos, catálogos, periódicos y revistas, destacando Lars, cultura y ciudad, publicación de la que fue cofundador y director editorial durante sus cinco años de existencia. También ha publicado dos libros de fotografías, una actividad, la fotográfica, que le ha acompañado toda la vida y que está en el origen de este Balance de existencias, libro que supone su peculiar retorno al ámbito literario.